En
los años recientes la tutoría se ha convertido en uno de los temas de mayor
actualidad y relevancia en las tendencias y políticas educativas de la
educación media superior y de la educación superior en nuestro país. Desde el
inicio de este siglo la tutoría ha sido objeto de una revaloración; se le
considera un poderoso medio del que pueden disponer las instituciones, y los
propios profesores, para mejorar sensiblemente tanto la calidad como la
pertinencia y la equidad del proceso educativo.
Por
esa razón, resulta oportuno abordar las labores de tutoría como una forma de
fortalecer la docencia universitaria, en particular en el caso de la
Universidad Nacional Autónoma de México. Se ha elaborado este artículo con la
intención de que las ideas y reflexiones que se formulan contribuyan a valorar
los retos que la tutoría implica, ya sea para los propios alumnos o, en mayor
medida, para los académicos.
La
educación y la docencia tradicionales, que a pesar de los avances de la
investigación educativa aún persisten en gran proporción de las instituciones
escolares, gravitan en torno al papel del profesor como el principal
protagonista de la educación y hacen de la enseñanza el objeto primordial de la
atención y del esfuerzo institucional.
En sentido contrario, las tendencias
educativas más recientes han desplazado a la enseñanza y al profesor, y han
colocado en el centro al aprendizaje y a los estudiantes. La perspectiva
constructivista del conocimiento coloca el énfasis en los procesos
cognoscitivos del estudiante, como sujeto de la formación y el principal
protagonista de la acción educativa.