La
lectura es una de las competencias básicas en el desarrollo social e individual
de las personas.
Leer y escribir son procesos intelectuales, complejos y
complementarios, que posibilitan el desarrollo del resto de competencias
necesarias para la adquisición de conocimiento.
Una buena comprensión lectora
permite a los estudiantes entender de manera más eficaz los textos utilizados
en el resto de asignaturas, además de contribuir al desarrollo cognitivo y
social del individuo. Por ello, la lectura y la escritura son
consideradas elementos prioritarios en la formación de los más pequeños y
ejes transversales e inseparables a todas las áreas.
¿En
qué consiste el Plan Lector escolar?
Para
poder desarrollar eficientemente las competencias comunicativas de los
estudiantes, es necesario plantearse un proyecto global que implique las
diferentes áreas y etapas del proceso pedagógico.
Un trazado general que defina
cómo trabajar estas capacidades desde diferentes perspectivas, para conseguir
que los más pequeños adquieran la pasión por la lectura y todas sus ventajas
correspondientes.
El Plan
Lector escolar consiste en un conjunto de estrategias ideadas para la
mejora de la competencia lectora y el desarrollo del hábito lector entre el
alumnado.
Debe incluir diferentes actividades y tratar el tema desde
diversos ángulos, que permitan cumplir los objetivos planteados. Aunque cada
Plan Lector se adapta al centro educativo pertinente, por lo general estos
objetivos se agrupan en los siguientes puntos:
Potenciar
el desarrollo de la competencia lectora, permitiendo a los estudiantes
convertirse en lectores capaces de comprender, reflexionar e interpretar
diversos tipos de textos.
Hacer
partícipes del programa tanto a los docentes como a las familias y la comunidad,
para trabajar juntos en un objetivo común y poder hacer llegar a los más
pequeños un único mensaje sobre el gran valor de la lectura.
Integrar
en el proceso de enseñanza de las diferentes áreas del currículo la lectura
como eje común, permitiendo a los docentes adaptarla a las diversas materias.
Fomentar
el uso de las bibliotecas escolares como espacios dinámicos para el
desarrollo de la competencia lectora y convertirlas en el centro de
formación y documentación (incluso de punto de encuentro) de toda la comunidad
educativa.