Motricidad fina
La motricidad fina comprende
todas aquellas actividades del niño que necesitan de una precisión y un elevado
nivel de coordinación. Esta motricidad se refiere a los movimientos realizados
por una o varias partes del cuerpo, que no tienen una amplitud sino que son
movimientos de más precisión. Se cree que la motricidad fina se inicia hacia el
año y medio, cuando el niño, sin ningún aprendizaje, empieza a emborronar y
pone bolas o cualquier objeto pequeño en algún bote, botella o agujero. La
motricidad fina implica un nivel elevado de maduración y un aprendizaje largo
para la adquisición plena de cada uno de sus aspectos, ya que hay diferentes
niveles de dificultad y precisión. Para conseguirlo se ha de seguir un proceso
cíclico: iniciar el trabajo desde que el niño es capaz, partiendo de un nivel
muy simple y continuar a lo largo de los años con metas más complejas y bien
delimitadas en las que se exigirán diferentes objetivos según las edades.
Los aspectos de la motricidad fina
que se pueden trabajar más, tanto a nivel escolar como educativo en general,
son:
• Coordinación viso-manual
• Motricidad facial
• Motricidad fonética
• Motricidad gestual
El desarrollo de la motricidad fina
es decisivo para la habilidad de experimentación y aprendizaje sobre su entorno,
consecuentemente, juega un papel central en el aumento de la inteligencia. Así
como la motricidad gruesa, las habilidades de motricidad fina se desarrollan en
un orden progresivo, pero a un paso desigual que se caracteriza por progresos
acelerados y en otras ocasiones, frustrantes retrasos que son inofensivos.
Preescolar (3 - 4 años)
Las tareas más delicadas que
enfrentan los niños de preescolar, tales como el manejo de los cubiertos o atar
las cintas de los zapatos, representan un mayor reto al que tienen con las
actividades de motricidad gruesa aprendidas durante este periodo de desarrollo.
Para cuando los niños tienen tres años, muchos ya tienen control sobre el
lápiz. Pueden también dibujar un círculo, aunque al tratar de dibujar una
persona sus trazos son aún muy simples.
Es común que los niños de cuatro años
puedan ya utilizar las tijeras, copiar formas geométricas y letras, abrocharse
botones grandes, hacer objetos con plastilina de dos o tres partes. Algunos
pueden escribir sus propios nombres utilizando las mayúsculas.
Edad Escolar (5 años)
Para la edad de cinco años, la
mayoría de los niños han avanzado claramente más allá del desarrollo que
lograron en la edad de preescolar en sus habilidades motoras finas. Además del
dibujo, niños de cinco años también pueden cortar, pegar, y trazar formas.
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