Podemos aprender de muchas maneras, pero la forma que
engloba de una manera más completa la dimensión emocional, motivacional y
cognitiva se llama aprendizaje significativo.
Cuando se da este tipo de aprendizaje,
la manera de asociar habilidades y conocimientos previos y para que pueda
integrarse en ellos nueva información está tallada por la fuente motivacional y
el significado que se le atribuye a lo que se aprende. Esto es importante,
teniendo en cuenta que la clave que marca la diferencia entre las
diferentes formas de aprendizaje está en el proceso de construcción del
conocimiento.
l aprendizaje significativo supone un proceso en el que la
persona recoge la información, la selecciona, organiza y establece relaciones
con el conocimiento que ya tenía previamente. Así, este aprendizaje se da
cuando el nuevo contenido se relaciona con nuestras experiencias vividas y
otros conocimientos adquiridos con el tiempo teniendo la motivación y las
creencias personales sobre lo que es importante aprender un papel muy
relevante. Esto conlleva dotar al nuevo conocimiento de un sentido único para
cada persona, ya que cada uno tenemos nuestra historia vital.
Cuando se produce el aprendizaje significativo, los modelos
mentales creados a través del tiempo y la experiencia determinan el cómo
veremos la información y cómo la gestionaremos. Por decirlo de alguna manera,
nuestra manera de interiorizar lo que se aprende y dotarlo de significado nos
da una idea de las “gafas” con las que vemos la realidad, y viceversa.