En este texto tratamos de demostrar que los alumnos son
capaces de evaluar sus propios escritos con el apoyo de una rúbrica.
Escribir textos es una actividad que se puede dividir en
tres momentos o etapas:
- 1) la planificación,
- 2) la redacción propiamente
dicha, y
- 3) la revisión.
La revisión del escrito consta de una
actividad de lectura y otra de reflexión sobre lo escrito. Una actividad
de lectura para volver sobre el propio texto que se ha escrito o se está
escribiendo; y, otra actividad que consiste en reflexionar sobre lo escrito:
tanto del contenido como sobre la forma.
La revisión del escrito tiene la finalidad de
introducir los cambios que el escritor del texto juzgue oportunos.
Muchos escritores escriben una primera versión sin
cuidar el estilo ni los detalles gramaticales. Más tarde, regresan sobre lo
escrito y comienzan a pulir su texto, reordenando partes, quitando repeticiones,
etc.
Durante el proceso de revisión, el autor lee el texto
centrando su atención en su contenido y en su forma. También lee el texto
intentando adoptar la perspectiva de un lector real, y por tanto externo al
texto y desconocedor de su contenido. Para ello, se fija en diversos aspectos:
presentación, adecuación, coherencia, cohesión y ortografía.
Los cambios que surgen de
la revisión da lugar a borradores en los que el texto cada vez es más correcto
y más adecuado al propósito del escritor.
Hay escritores que leen el texto en voz alta como estrategia
de revisión, sobre todo para revisar los signos de puntuación.
Es importante advertir que existen tipologías de textos. Las
tipologías son formas de organizar la diversidad textual y de clasificar los
distintos textos. Los textos se presentan en una multiplicidad y diversidad
prácticamente inabarcables; no obstante, son susceptibles de ser ordenados en
tipologías que los clasifiquen y agrupen a tenor de conjuntos de rasgos que los
identifiquen y los diferencien entre sí. Dichos rasgos suelen adoptarse
como INDICADORES para propósitos de evaluación.
Según el tipo de texto que se escribe (carta, cuento,
reseña, crónica, resumen, ensayo…) se debe cumplir con rasgos o
indicadores específicos, es decir, cada texto amerita su correspondiente
rúbrica desde el punto de vista didáctico. Sin embargo, hay rasgos
comunes a todos los textos que pueden tomarse en cuenta para su
escritura: presentación, adecuación, coherencia,cohesión y ortografía.
Enseguida, presentamos la conceptualización que hemos
adoptado para construir nuestra propuesta Rúbrica para la autoevaluación
de textos escritos.
DEFINICIÓN DE INDICADORES PARA EL MAESTRO
1. PRESENTACIÓN: Consiste en los aspectos formales
de todo texto: título, limpieza, justificación del formato del texto;
paginación; en algunos textos, la ubicación adecuada de ilustraciones o
gráficas.
2. ADECUACIÓN: Consiste en elegir las palabras
adecuadas para expresar la información que precisa cada contexto.
Elegir las palabras adecuadas exige del escritor del texto un vocabulario
amplio, rico y variado, y para que tal léxico produzca los significados
esperados es necesario hacer uso de signos de puntuación de acuerdo
al sentido que se desea trasmitir. En este sentido, en el indicador
“ADECUACIÓN” incluimos el aspecto de puntuación. Cuando se escribe una carta,
un informe, una monografía, etc., un buen escritor emplea palabras adecuadas
para cada situación y con dichas palabras construye oraciones y párrafos con
signos de puntuación que exigen un empleo preciso y correcto. No utilizamos las
mismas palabras si escribimos una carta a un amigo que a un funcionario o
autoridad porque respetamos el indicador que llamamos “adecuación”.
3. COHERENCIA: Consiste en ordenar la
información de manera lógica y comprensible, lo cual tiene que ver con la
estructura profunda del texto. El que escribe logra coherencia al
seleccionar y organizar información relevante para que sea
entendida por el lector. Se trata de relaciones en el nivel profundo del significado,
que pueden hacerse patentes en la superficie textual mediante diversos recursos
lingüísticos, pero que también pueden quedar latentes. En el ejemplo“Llovía
mucho; decidimos no salir de compras y quedarnos en casa”, la secuencia
forma parte de un texto coherente, puesto que la experiencia nos dice que la
lluvia suele servir de razón disuasoria en situaciones como en las que aparece
esa frase.
4. COHESIÓN: Se refiere al aspecto sintáctico, es
decir, la relación de las oraciones. Un texto tiene cohesión cuando cada
oración se relaciona con las demás, y, de este modo, asegura la
comprensión global del texto. Existe cohesión en un texto cuando las diferentes
oraciones se conectan entre sí formando una red de relaciones. Las relaciones
se establecen entre el escritor (emisor) y el lector ( destinatario)
y se materializan en guías puestas en el texto por aquél a disposición de
éste, con el fin de facilitarle su proceso de comprensión del mismo. Por
ejemplo, debemos distinguir la diferencia de significado y uso de los conectores [pero
/ sino], o las que se dan entre [ya que / puesto / que / porque /
como].
5. ORTOGRAFÍA: Forma correcta de escribir
respetando las reglas de ortografía, de acuerdo con la definición del DRAE.
Para propósitos didácticos, la ortografía consiste en un conjunto de normas que
regulan la escritura de una lengua. Menciona Goodman (1986) que si ponemos
como requisito para la escritura de nuestros alumnos una ortografía impecable,
seguramente nunca escribirán “y ni siquiera descubrirían por qué es
importante la ortografía”. La propuesta es comenzar por la búsqueda de
sentido. Un niño comienza a leer, aún antes de comprender el alfabeto, no a
partir de la identificación de fonemas, sílabas o palabras (Smith, 1989), sino
a partir de la identificación de sentidos. Si podemos dividir nuestro tiempo de
clase en lectura libre y lectura “obligatoria”, podremos dejarlos que se
adentren a un mundo de significados. Que comenten lo que leen con quien
quieran, que escuchen recomendaciones de otros lectores.
Enseguida presentamos a su consideración :
A).- Propuesta de RÚBRICA PARA
AUTOEVALUAR TEXTOS ESCRITOS, un texto cuyo destinatario es el alumno y
por lo tanto redactado con lenguaje coloquial, y, finalmente,
B).- un ejemplo de aplicación: “CARTA BORRADOR DE
UNA ALUMNA AL DIRECTOR DE SU ESCUELA”. En esta carta empleamos el código de
colores para señalar deficiencias detectadas.
Fuente: humbertocueva.mx