La importancia de la pre lectura
y pre escritura.
Ambos procesos son previos a la
lectura y la escritura convencional, por tanto, si no se lleva a cabo de forma
adecuada y por pasos, las siguientes etapas serán más complicadas de
sobrellevar.
En primer lugar, la pre escritura
se entiende como todos aquellos trazos, garabatos y líneas sin significado
real, que el niño realiza de forma previa a la escritura de letras, palabras…,
que sí tienen sentido completo en el lenguaje.
Es en la educación infantil donde
el niño empieza a trabajar la motricidad fina, el ritmo, la lateralidad,
control corporal, etc., aspectos básicos para la maduración motriz y perceptiva
en la adquisición del aprendizaje de una escritura adecuada y efectiva. Por
tanto, es muy importante que los maestros estén muy atentos en dicha etapa
educativa, y derivar a un profesional, a aquellos niños que puedan presentar
alguna dificultad de motricidad o asimilación
En muchas ocasiones, la mala
adquisición del aprendizaje de la escritura da lugar a distintas dificultades
en los procesos escritores que deben ser corregidos y tratados. Por ejemplo,
cuando existe una falta de planificación, problemas en los procesos sintácticos
o en la recuperación de los procesos léxicos, estas dificultades pueden dar
lugar a digrafías superficiales o fonológicas y profundas.
En segundo lugar, la pre lectura,
en este caso, debemos entenderla como aquella primera fase por la cual los
niños van asimilando y aprendiendo la conversión grafema-fonema. Dicho de otro
modo, el niño asocia un símbolo ( letra, sílaba…) con un sonido.
Esta primera fase es primordial
ya que de ella dependerá el posterior desarrollo del proceso lector en el niño.
En un primer momento parece una tarea fácil el hecho de que un niño aprenda a
asimilar la forma de una letra o la formación de una sílaba con un sonido
determinado, no obstante, en muchos casos este hecho se ve dificultado por
otros hándicaps. A veces, en esta fase de aprendizaje inicial de la lectura
florecen algunas dificultades específicas del aprendizaje como la dislexia o un
trastorno específico de la lectura (TEL). Además, suelen adherirse otras
dificultades, como una lectura vacilante y sin fluidez pudiendo dar lugar a una
comprensión lectora pobre o inexistente que, en algunos casos, son muy
profundas.
Ambos aprendizajes, tanto la pre lectura
como la pre escritura, son esenciales para el desarrollo del proceso lecto escritor
de un niño en su vida. A veces, las distintas dificultades en dicho proceso de
lectoescritura hace que se menoscabe en la autoestima del niño, ya que se
sienten que no llegan donde deberían y, en muchas ocasiones, aun esforzándose
mucho no lo consiguen, siendo una tarea bastante ardua e incluso frustrante.
Por este motivo, lo más importante en estas primeras fases es la observación
del proceso y el desarrollo del niño en ambas tareas y, en el caso, de
vislumbrar algún tipo de dificultad
específica, poder solventarla con rapidez para que no desemboque en problemas mucho
más graves.